martes, 29 de diciembre de 2015

Noviembre







Subí esta imagen a mi cuenta de Deviantart hace ya bastante tiempo, quizá sea demasiado sinsentido comenzar un blog cuando mi tiempo para producir material nuevo es ahora mismo bastante limitado, sin embargo ya que esta imagen ilustra la cabecera del blog creo que sí tiene sentido presentar a este personaje y esta imagen en primer lugar.

Noviembre es el nombre de la chica representada en la imagen, en ella debe tener aproximadamente dieciséis años, lo que situaría este momento concreto alrededor del año 1912. Espero convertirla en la protagonista de una saga de novelas que tengo en mente, la primera de las cuales ya está finalizada. Nace con la idea de ser un personaje con un gran sentido de la justicia, adquirido de una de las peores maneras posibles: a través de una muy temprana experiencia con el dolor y la pérdida. Durante su infancia, allá por finales del siglo XIX y principios del XX, Barcelona, donde ella vivía, era conocida como “la ciudad de las bombas” por el alto número de atentados terroristas que en ella tenían lugar. Cuando contaba cinco años, uno de estos atentados provocó que perdiera su pierna derecha, a partir de ese momento le tocó empezar a comprender que la persona que iba a ser sería distinta que aquella en la que hubiera soñado en convertirse.

Su camino al futuro comenzó de nuevo cuando su padre la llevó al teatro en el que él trabajaba como jefe de tramoyistas. Un lugar plagado de gente de talento para quienes lo posible y lo imposible no siempre obedece a reglas demasiado estrictas. Ellos le dieron una pierna nueva, momento en el que cual su padre le dijo que “lo que no es justo no debe aceptarse” refiriéndose al hecho de que una niña de cinco años no debería quedarse coja. Pero serían estas palabras lo que terminaría por definirla tanto como su pierna metálica, pues la llevarían a ser totalmente intolerante a la injusticia, hasta el punto de llevarla a enfrentarse a todos aquellos que se ceban en el dolor de otros o lo usan como instrumento para sus fines, ya fuesen violadores, asesinos, caciques, monstruos o demonios.

Su filosofía es simple: Tienes derecho a tu lugar en el mundo, si intentan arrebatártelo defiendes tu posición, no importa cuanta fuerza tengas, lo que importa es aquello que estás dispuesto a defender con ella. Al fin y al cabo, cuando el enemigo está a las puertas, siendo coja, huir no es una opción ;)



lunes, 28 de diciembre de 2015

La materia abstracta




No está hecha para los dedos, no está hecha para los ojos o los oídos, y sin embargo está hecha para ser sentida. Su desafío consiste en mantenerse como algo difuso y sin formas mientras que no deja de respirarnos en la nuca y solaparse a nuestra propia sombra. Darle un nombre no es más que otro torpe intento de hacerla más manejable, de dibujarle un rostro al que poder mirar a los ojos. Lo llamaremos la materia abstracta y probaremos a creer que nuestra brújula tiene algo parecido a un norte.

No puede ser percibida pero insiste en hacerse notar, un resquemor erizando las emociones, un animal extraño rascando en la parte de atrás del cerebro, así que de algún modo es y está, y aquí es donde empieza la maldita tarea de intentar darle forma. 

Para algunos está en los días de lluvia, para otros en las luces eléctricas que salpican la noche, en lugares abandonados o en carreteras que se disuelven en el horizonte, está aquí y allá una y otra vez, llegando desde fuera o llegando desde dentro. Una tierra sin lugar que aunque se deja cartografiar nos llama a trazar rutas que regresen a ella para reencontrar lo que sentimos una vez. 

Se trata de la fibra que intentan tejer los contadores de historias, la arcilla que deben moldear los músicos, o la mancha a domesticar por el pintor, eso que dice que hay trabajo por hacer y que debe hacerse antes de que algo se pierda para siempre. Está antes de la emoción, antes de la idea, antes del lienzo en blanco y antes de la imagen, es el motor que mueve a cruzar toda esa distancia al final de la cual debe, por fin, haberse encontrado algo. Algo finalmente tallado y moldeado, un reflejo de aquello que no tenía forma. No es una labor que conceda muchos éxitos, el final rara vez se parece al principio, el propósito de esa materia abstracta no es ser capturada, sino ser heredada, llegar a donde alguien más pueda sentirla y considerarla de nuevo principio de algo para que su viaje nunca acabe.

Y aquí estamos ahora, al principio de algo incierto, en este lugar que no figura en los mapas y en el que, con humildad y torpeza, trataré de compartir mis intentos por dar forma a la materia abstracta, indicar donde podría habitar e incluso hablar del trabajo de aquellos que han tenido más éxito que yo en esta tarea, o, por qué no, de otros viajeros con los que comparto esta búsqueda.

El viaje podrá hacerme vagar durante años o naufragar en el mismo puerto, pero empieza ahora.